
LA SUPERACION INDIVIDUAL COMO PREMISA
DE LA SUPERACION COLECTIVA.
En los cataclismos la pupila del hombre ha vuelto a ver a Dios y, de reflejo, ha vuelto a divisarse a sí mismo. Si debemos predicar y realizar un evangelio de justicia y de progreso es preciso que fundemos su verificación en la superación individual como premisa de la superación colectiva. Los rencores y los odios que hoy soplan en el mundo, desatados entre los pueblos y entre los hermanos, son el resultado lógico, no de un itinerario cósmico de carácter fatal, sino de una larga prédica contra el amor. Ese amor que procede del conocimiento de si mismo e, inmediatamente, de la comprensión y la aceptación de los motivos ajenos.
Lo que nuestra filosofía intenta restablecer al emplear el término armonía es, cabalmente, el sentido de plenitud de la existencia. Al principio hegeliano de realización del yo en el nosotros, apuntamos la necesidad de que ese "nosotros" se realice y perfecccione por el yo.
DE LA SUPERACION COLECTIVA.
En los cataclismos la pupila del hombre ha vuelto a ver a Dios y, de reflejo, ha vuelto a divisarse a sí mismo. Si debemos predicar y realizar un evangelio de justicia y de progreso es preciso que fundemos su verificación en la superación individual como premisa de la superación colectiva. Los rencores y los odios que hoy soplan en el mundo, desatados entre los pueblos y entre los hermanos, son el resultado lógico, no de un itinerario cósmico de carácter fatal, sino de una larga prédica contra el amor. Ese amor que procede del conocimiento de si mismo e, inmediatamente, de la comprensión y la aceptación de los motivos ajenos.
Lo que nuestra filosofía intenta restablecer al emplear el término armonía es, cabalmente, el sentido de plenitud de la existencia. Al principio hegeliano de realización del yo en el nosotros, apuntamos la necesidad de que ese "nosotros" se realice y perfecccione por el yo.
EL PROGRESO SOCIAL NO DEBE MENDIGAR NI ASESINAR,
SINO REALIZARSE POR LA CONCIENCIA PLENA DE SU INEXORABILIDAD
El progreso social no debe mendigar ni asesinar, sino realizarse por la conciencia plena de su inexorabilidad.
La naúsea está desterrada de este mundo, que podrá parecer ideal, pero que es en nosotros un convencimiento de cosa realizable. Esta comunidad que persigue fines espirituales y materiales, que tiende a superarse, que anhela mejorar y ser más justa, más buena y más feliz, en la que el individuo puede realizarse y realizarla simultáneamente, dará al hombre futuro la bienvenida desde su alta torre con la noble convicción de Spinoza:
"Sentimos, experimentamos, que somos eternos".
LA COMUNIDAD ORGANIZADA
Tte. Gral. Juan Domingo Perón
Secretaria de Prensa y Difusión
Presidencia de la Nación
Buenos Aires, Argentina,1954