
Justo José de Urquiza nació el 18 de octubre de 1801. Tiempos de profundas transformaciones gestadas en el siglo anterior. La revolución francesa en lo político y la industrial en lo económico y tecnológico se combinaron para impactar decididamente sobre las estructuras sociales. La Argentina abandonó, por la fuerza revolucionaria, el dominio español para ingresar así en el tránsito del complejo camino de vida independiente. Los esfuerzos por dar forma orgánica a la incipiente nación fueron vanos. Las diferencias ideológicas primaron sobre la necesidad de organizar un nuevo gobierno. Los factores situacionales prefijan condiciones políticas, económicas y sociales delimitadoras de un contexto historio-social específico, escenario en el que los “hombres producen –al decir de Anthony Giddens- la sociedad, pero lo hacen como actores históricamente situados, no bajo las condiciones de su propia elección.” Justo José de Urquiza se constituyó, así, en uno de los protagonistas de su tiempo.Este creó, con la adhesión de todas las provincias, la Confederación Argentina y tomó el compromiso de organizarse jurídicamente en un Congreso General bajo el sistema federal. Juan Manuel de Rosas asumió el manejo indiscutido del país, dispuesto a restaurar la amenazada tranquilidad pública, imponiendo el orden por la fuerza.Campo de duras batallas donde a fuerza de lanza y de sangre se dirimían las ideas. Rosas, Oribe, Echagüe, Urquiza por un lado, Rivera, Lavalle, Paz, Berón de Astrada, Ferre por otro, son los protagonistas de años de lucha y sangre.Dos frentes de batalla arreciaban la provincia: Corrientes y las costas del Uruguay. Así, los congresales entrerrianos en 1841, ante la necesidad de elegir un nuevo gobernador, proponen al General Urquiza para desempeñar el cargo.Triunfos contundentes como Arroyo Grande, India Muerta, Laguna Limpia, Vences afianzaron la autoridad y el orden en el convulsionado litoral. El caudillo fue la expresión de ese tiempo. Fuerte presencia, autoridad, respeto y fuerza militar, constituyeron entonces las notas distintivas que fue asumiendo el ejercicio de poder en esta etapa de la Argentina en construcción. Emparentado con Rosas en el ejercicio autoritario del poder provincial, compartió el ideario federal y defendió el proyecto confederal en la frontera del Uruguay. El triunfo de Caseros y el posterior Acuerdo de San Nicolás celebrado entre los gobernadores en mayo de 1852, profundizó la dicotomía de intereses entre Buenos Aires y el interior, defendiendo ambos ideales económicos contrapuestos. Pero también inició un nuevo tiempo. La apertura del país a un mundo cambiante. Nuevas ideologías, condiciones económicas, culturales, sociales, modificaron también el panorama argentino. Después de la batalla de Pavón, Bartolomé Mitre asumió el cargo de Presidente de la Nación, con sede en Buenos Aires, retomándose así el camino de la unidad definitiva. La provincia de Entre Ríos se había constituido, en la década anterior, en el epicentro del cambio. Representó y provocó el tránsito a tiempos diferentes. Su experiencia empresarial le demostraba la necesidad del cambio.Constituyó, seguramente, un error político el retorno del General Urquiza al gobierno entrerriano en los últimos años de la década del sesenta. Las consecuencias de la trágica muerte del General Entrerriano fueron la intervención de las tropas nacionales y los enfrentamientos armados, campos devastados, estancias saqueadas, gobiernos inestables, pérdida de peso político en el contexto nacional, razones que a su vez postergaron por largos años el crecimiento de Entre Ríos.Aciertos y errores generaron adhesiones y oposiciones. La vida del General Urquiza concluyó, pero no el producto de su acción. Justo José de Urquiza concilió la transición entre dos tiempos diferentes, forjando una obra que pervive hoy por su magnitud e incidencia en la historia nacional.
Ana Maria BarretoJefe de Departamento Educativo y de Extensión CulturalPalacio San José – Museo Urquiza